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Se agrava la bajante del río y se prevé un nuevo récord histórico
Martes, 29 de junio de 2021
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El Paraná apenas supera los 0,40 metros en Corrientes y descenderá aún más en las próximas semanas. Hay alarma por la navegabilidad.
El río Paraná ya lleva dos años en bajante y la situación no solo no mejora, sino que las previsiones siguen siendo desalentadoras. El pronóstico estima que el caudal será aún menor, batiendo incluso todos los récords históricos.
En base a datos del Servicio Meteorológico Nacional, el informe realizado por el Instituto Nacional del Agua (INA) y replicado por el Instituto Correntino del Agua y el Ambiente (ICAA) para las dos próximas semanas, no se esperan lluvias significativas sobre la región.
Es así que, aunque en la zona de influencia del Paraná se registraron lluvias moderadas, el aporte continuará siendo muy acotado. Como ejemplo se puede mencionar que el caudal entrante al embalse de Yacyretá promedió 6,330 metros cúbicos por segundo, un 21 % inferior al promedio de igual semana de 2020, cuando la bajante ya era más que pronunciada.
El nivel del río ayer fue de 0,44 metros, aunque días anteriores se registraron alturas de 0,40 metros en Corrientes. El contraste es llamativo ya que se trata de una diferencia de 0,85 metros por debajo de los niveles en igual fecha de 2020. Estos datos representan una clara muestra de la magnitud de la bajante, que sigue profundizándose.
Tanto es así, que los análisis realizados con perspectiva a las próximas semanas afirman que el río llegará a su nivel más bajo de la historia, incluso a los que se dieron en 1944 y 1969. Hasta ahora, los récords que se habían superado eran teniendo en cuenta los últimos 50 años, pero el Paraná se encamina a tener su caudal más escaso desde que se tienen registros oficiales.
De esta manera, continuarán las aguas extremadamente bajas, no solo con una perspectiva para la primera quincena de julio, sino también si se toman en cuenta los pronósticos en este sentido hasta el 30 de septiembre. Así, el río tendrá al menos un trimestre más en estas condiciones, generando serias dificultades para la navegación, la fauna íctica e incluso con la toma de agua para potabilizar en algunos sectores.
Mientras tanto, el Gobierno nacional dialoga con Paraguay y Brasil para que sus represas puedan aportar algo de caudal, al menos para garantizar la navegabilidad.
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