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Entró al quirófano para una simple operación de tobillo y murió
Jueves, 24 de agosto de 2017
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Ocurrió en una clínica de Quilmes. El hombre fallecido, de 33 años, trabajaba de auxiliar en un establecimiento educativo. Su familia denunció un caso de mala praxis y hubo protestas
"Lo mataron". Romina Ríos, la viuda de Diego Arévalo, de 33 años, no encuentra explicación sobre cómo una sencilla operación de tobillo pudo terminar con la muerte de su marido. La intervención iba a durar tan solo 20 minutos. Sin embargo, desde que entró al quirófano el pasado miércoles 16 de agosto, el hombre no volvió a salir. Falleció el martes.
"Diego entró caminando, tenía el remís en la puerta esperándolo. Era una cirugía de 20 minutos y le tenían que poner un clavo nada más", contó la mujer, quien acusó por mala praxis a los responsables de la intervención quirúrgica.
Las causas de la muerte de Arévalo son desconocidas y ninguna autoridad sanitaria se hizo cargo. La ART y la Clínica Belgrano de Quilmes, donde ocurrió el deceso, todavía no respondieron a los reclamos de los deudos.
Arévalo había concurrido a la clínica por una dolencia en su tobillo, el cual ya había sido intervenido quirúrgicamente. En esta oportunidad, tan solo tenían que acomodarle unos tornillos que habían sido colocados en la primera operación.
Pero todo se complicó. Su cuerpo sufrió una descompensación. Se cree que hubo un exceso de anestesia. El hombre agonizó durante una semana hasta que padeció dos paros cardiorrespiratorios que concluyeron en una muerte cerebral.
"Los únicos que saben qué pasó es el anestesista y el cirujano que lo operó", sostuvo Ríos. "Ni siquiera tuvieron cara para poner alguna excusa, ellos directamente no saben qué pasó", añadió. "Él se hizo los estudios pre quirúrgicos antes, era un hombre sano y no tenía ningún problema".
La viuda aseguró que el comportamiento de la Clínica Belgrano y de la ART, que demoraron los distintos requerimientos médicos y estudios clínicos, agravaron su estado de salud. Por ejemplo, en su momento solicitó un análisis con resonador y, para ello, debía ser trasladado a otra clínica. Ese pedido fue denegado por la firma aseguradora. También le rechazaron el requerimiento para que se constituyera una Junta Médica que pueda analizar el caso.
"Su estado fue agravándose, el cerebro se fue muriendo. Cuando entró, él aún te escuchaba y tenía movimiento. Lo dejaron morir", contó Ríos. "Es una mala praxis. Ya está, lo mataron. Lo único que queremos es justicia, que se cierre la clínica y que le saquen la matrícula a los médicos que estuvieron en la operación".
Diego Arévalo trabajaba desde hace 14 años en un establecimiento educativo como auxiliar y estaba afiliado a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). En solidaridad con los familiares y allegados, el gremio se sumó al reclamo de justicia e hizo un escrache esta semana en la clínica.
La causa fue iniciada como "muerte dudosa". Tras el fallecimiento de Arévalo y la radicación de la denuncia, una unidad de la Policía Científica hizo un allanamiento en la clínica para secuestrar el historial médico de la víctima.
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