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Cuáles son los miedos más comunes de los papás primerizos
Lunes, 12 de junio de 2017
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La paternidad puede resultar una experiencia tan maravillosa como desconcertante, y aunque no todos se animen a expresarlo es natural sentir temores o dudas ante la llegada de un hijo. ¿Qué es lo que más preocupa a los flamantes papás?
Mucho se habla de los temores de las mujeres durante el embarazo o de la depresión postparto, y del hombre como sostén anímico clave en esta etapa. Lo cierto es que los papás también sienten miedos aunque no se atrevan a decirlo en voz alta. Y por más que la dinámica familiar hoy tienda a ser más equitativa, en general todavía sienten la presión de ser el sostén económico del hogar (en especial durante la licencia por maternidad de sus parejas) y la responsabilidad de ser padres perfectos.
"Los papás de hoy en día tienen poco y nada en común con los de hace dos generaciones" afirma Gustavo Aprigliano, médico pediatra de la Sociedad Argentina de Pediatría (MN 74262). "Son más colaboradores. Lo que antes era exclusivo de la mujer ahora es de los dos y eso también incluye los miedos. Pero éstos al mismo tiempo tienen algo ancestral: antes el hombre salía a cazar para subsistir y protegía a su cría; ahora sale a trabajar para mantener a la familia, y se preocupa por la seguridad".
Aprigliano, que dirige el Consultorio Pediátrico Urquiza, en Capital Federal, sostiene que en el caso de los hijos varones los miedos están más ligados a lo físico ("¿Tiene bien las piernas?") mientras que con las hijas se relacionan con los cuidados ("¿Le estoy cambiando bien el pañal?").
Pablo Posternak, médico pediatra y de adolescentes (MN 60076) coincide en cuanto al rol más activo de los padres: "Hoy en día están mucho más presentes en la crianza, sobre todo con los primeros hijos. Son cumplidores y cuidadosos y -por lo menos durante el primer año de vida- participan al igual que la madre en las consultas".
Otra pregunta típica, cuenta Posternak, es: "¿Cuándo va a dormir toda la noche?" o "¿por qué llora?". En su opinión, responder ante el llanto nocturno con la mamadera o el pecho es lo que retrasa el tan ansiado sueño de corrido. "El bebé llora porque es la única forma de expresión mientras no domina el lenguaje, no necesariamente por hambre, pero a veces los padres no quieren escucharlo llorar. Hoy en día la sociedad busca la inmediatez, no hay tiempo para esperar, ni para frustrarse. No se le dedica tiempo a decodificar qué es lo que le pasa realmente al bebé".
Otros de los temores más frecuentes que se plantean en el consultorio:
-Acerca de la alimentación: ¿Se está alimentando bien? ¿Qué pasa si se ahoga? (o ¿Cómo evitar que se ahogue?) ¿Es normal que vomite después de tomar el pecho o mamadera? ¿Tiene reflujo? ¿A la madre le alcanza la alimentación para poder satisfacerlo?
-A la muerte súbita: y si se puede aplastarlo mientras duerme en la cama de los padres.
-Acerca de la estimulación: ¿Cómo le tengo que jugar? ¿Estamos jugando bien?
-Sobre el sueño: ¿Cuántas horas tiene que dormir? ¿Es recomendable hacer colecho?
-A la hora del baño: ¿Cómo calcular la temperatura del agua? ¿Cuántos grados? ¿Cómo agarrar al bebé para que no se resbale?
-En caso de fiebre: ¿37 es fiebre? ¿Qué pasa si el antitérmico no hace efecto? ¿cuándo puede volver al jardín?
-Malestares en general: ¿qué hacer con los cólicos? ¿Es normal esa respiración?
-Ante reacciones en la piel: ¿qué es esa manchita? En el auto: ¿Cómo asegurar el huevito? ¿Debe viajar para atrás o para adelante?
-Sobre el trabajo: a perderlo, a no generar ingresos suficientes para mantener la familia
-Sobre seguridad en general: recomendaciones sobre tapitas en los enchufes, esquineros en las mesas, trabas para cajones y puertas, red en el balcón, protector solar, repelente para mosquitos
¿Qué suele responder un pediatra ante estas y otras consultas? "Básicamente tenemos que tratar de escuchar, porque cada familia es diferente, más allá de algunos temores compartidos y dedicarles tiempo, sobre todo a los padres primerizos. Todas las dudas que tengan mejor preguntarlas que bancárselas solos", dice Posternak. "Siempre les digo que a ser padre se aprende en el día a día, no en los libros".
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