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Madera correntina: otro pequeño paso que significa un gran avance
Domingo, 15 de enero de 2017
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La Nación rubricó la adjudicación para el abastecimiento de energía a través de una planta de biomasa forestal que desde marzo se construirá en el parque industrial de Santa Rosa. La inversión será de 25 millones de dólares. El impacto ambiental positivo será notable.
El secretario de Industria de la Provincia, Alfredo Vara, no puede ocultar su entusiasmo. Nación acababa de confirmar que aceptó, en el marco de un proceso de licitación, la oferta de una empresa para la construcción de una planta de generación de energía renovable con base en biomasa en el parque forestoindustrial de Santa Rosa. “La construcción será la noticia más importante de 2017”, predijo. Miércoles 11 de enero de 2017. El ministro de Industria, Ignacio Osella, rubricó en Buenos Aires con los funcionarios de Mauricio Macri el convenio público - privado. Dos días después, ratificó para marzo el inicio de las obras. Pero ¿por qué es la noticia más importante del año? ¿Qué real impacto tendrá en los correntinos? ¿Cuánto significa para el avance en el proceso industrial de una provincia con notorio déficit en infraestructura? ¿Permitirá cambiar nuestro modelo principalmente productivo en uno en el que la generación de valor agregado permita motorizar la economía? ¿Cuánto conocen los comprovincianos sobre el trabajo que significó lograr esta multimillonaria inversión para los privados pero también para los diferentes organismos estatales? Muchas preguntas. Corrientes, con unas 500 mil hectáreas de bosques cultivados, es la provincia con mayor superficie forestada del país. De acuerdo a datos de la Asociación Forestal Argentina (AFOA), con la materia prima disponible (más de 10 millones de toneladas de madera anuales para la industria) se pueden generar ingresos por US$1.500 millones. Ese monto significaría un aumento del 35% del Producto Bruto Geográfico provincial (algunos productos elaborados pueden hasta sextuplicar el valor al que se comercializa la materia prima). Extraordinario. Sin embargo, el talón de Aquiles es, sin lugar a dudas, la escasa industrialización que tiene la madera en Corrientes. Duele observar que de cuatro troncos disponibles para su procesamiento, sólo uno puede lograr valor agregado en nuestro suelo. Los otros tres o bien siguen en el bosque cultivado o se venden en rollizos a provincias vecinas. Un despropósito.
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El principal polo forestal de Corrientes se encuentra en Gobernador Virasoro y su zona de influencia. Allí se concentran las mayores extensiones de campos cultivados y las empresas del sector más importantes. Un segundo polo forestal (tanto productivo como industrial) tiene como epicentro a Santa Rosa y se expandió a municipios vecinos. Pero el desarrollo industrial fue diferente: las empresas son mucho más pequeñas, en su mayoría las instalaciones son precarias, la distribución de las plantas en el poblado fue anárquica, la contaminación que generaron los residuos forestales se volvió incontrolable (se queman a cielo abierto unas 200 mil toneladas anuales de desechos) y el consumo eléctrico superó las previsiones (el impacto negativo ambiental se potenció por la presencia de los generadores de energía basados en fueloil). Para interpretar la importancia de la planta de generación de energía en base a la biomasa forestal, es necesario retroceder un poco en la historia. 6 de mayo de 2011. El gobernador Ricardo Colombi desciende del helicóptero que lo llevó hasta Santa Rosa. Saluda. Sube a un escenario ante un auditorio repleto de productores e industriales forestales. Toma el micrófono. Instantes después, con voz firme, esgrime un llamativo comentario: “Desde el cielo no podía ver el poblado por una extensa capa blanca (el humo de la quema de los residuos) de varios kilómetros”.
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— En ese mismo encuentro, Colombi informó que la Provincia había adquirido un predio, a unos seis kilómetros de Santa Rosa, para la construcción de un parque industrial que sería el primero exclusivamente dedicado a la actividad forestal en Argentina. Los propósitos del parque estaban claros: que el predio concentre todas las industrias forestales de la zona y que permita el ordenamiento de las actividades. De esta manera, no sólo se reubicarían las fábricas (en su mayoría pequeños y medianos aserraderos) de Santa Rosa, sino que se aplicarían medidas concretas para evitar la contaminación (de acuerdos a partes de Salud, tanto en 2015 como en 2016 se realizaron más de mil atenciones por año a niños con problemas respiratorios).
Uno de los objetivos buscados era la construcción de una planta de biomasa forestal en el parque de Santa Rosa. Con ello se matarían dos pájaros de un tiro. Por un lado, para la generación de energía la fábrica necesita consumir desechos de la producción y la industria forestal. De esta manera absorbería los residuos de los aserraderos y de los bosques cultivados de la zona (que, reiteramos, hoy se queman a cielo abierto) y le daría un destino que evitaría la contaminación ambiental. Por otra parte, produciría electricidad suficiente para abastecer a las plantas que se radiquen en el parque industrial y lo restante se distribuiría en los poblados de la región. 6 de marzo de 2015. Llegó el día tantas veces postergado. Colombi y Osella encabezaron el acto tan esperado: el corte de cintas para inaugurar el parque forestoindustrial de Santa Rosa. Si bien el predio no estaba construido en su totalidad, el sector parcialmente habilitado contaba con las condiciones para recibir a las industrias. Pero una sola fábrica se había instalado.
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— Tras el acto de rigor y en pleno brindis, Colombi se acercó a varios referentes del Consorcio Forestal de esa región de la provincia. “Nosotros estamos haciendo nuestra parte. Es momento que ustedes también se comprometan”, les dijo el Gobernador a modo de reclamo por la falta de traslado de las industrias al parque forestal. “Colombi ansía ver el predio repleto de industrias y observar el cielo de Santa Rosa despejado. Pero a veces cuesta convencer a los empresarios”, comentó a época un funcionario del Ministerio de Industria correntino. La pronta construcción de la planta de biomasa llega de la mano de otras dos muy buenas noticias. Por un lado, el ministro Osella confirmó que para febrero se prevé la inauguración de la estación transformadora energética en el parque de Santa Rosa. Además, en los últimos días comenzó a operar el primer aserradero instalado en ese predio. Se trata de la maderera G&G que invirtió 10 millones de pesos en esas instalaciones. Este dato tiene un plus: la firma tenía su fábrica en el poblado pero, además de mudarla, adquirió un equipo de trabajo totalmente nuevo.
La planta de biomasa Genergiabio Corrientes SA, la empresa que instalará la planta de generación de energía a partir de biomasa forestal en Santa Rosa, forma parte del grupo Papelera Mediterránea (que cuenta con industrias en Córdoba y Santa Fe). La firma prevé una inversión de 25 millones de dólares (algunas estimaciones la elevan a 30 millones de la moneda estadounidense). El inicio de la construcción está previsto para marzo de 2017, con un plazo de ejecución de 18 meses. Estiman que para julio de 2018 la planta estaría lista para comenzar su labor. Una vez en funcionamiento operaría las 24 horas y sólo se detendría unos 15 días en el año para reparaciones y mantenimiento. Generaría unos 12,50 MW que entregaría al sistema interconectado nacional. De acuerdo a los cálculos previos, la planta consumiría entre 200 y 260 mil toneladas anuales de biomasa, entre residuos del bosque y de los aserraderos. El miércoles pasado se firmaron los primeros siete contratos correspondientes a proyectos adjudicados en la Ronda 1 del Programa RenovAr. Estas iniciativas representan 28% de la potencia total adjudicada que asciende a 1.142 MW. Un dato curioso: la correntina fue la primera en estampar su firma.
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