Después de muchos años, Yacyretá vuelve a ser parte de Corrientes

Domingo, 6 de noviembre de 2016

Durante la presentación del plan estratégico hasta el 2019, el titular de la EBY destacó el nivel de la relación institucional con el Gobierno provincial.

Expuso los multimillonarios proyectos de inversión en la central y enumeró las burdas irregularidades encontradas.

“El gran cambio es que hoy trabajamos conjuntamente con la provincia de Corrientes. Además, desde el primer momento de nuestra gestión pusimos mucho interés en las necesidades de Ituzaingó… es que esta es nuestra ciudad”. Las palabras surgieron de los labios de Humberto Schiavoni, director Ejecutivo del Ente Binacional Yacyretá (EBY).
No debería ser noticia que las autoridades de la entidad trabajen en forma mancomunada con el Gobierno de la provincia en la cual está plantada su pata argentina. Tampoco debería llamar la atención la relación con el Municipio que es su vecino. Sin embargo, durante años la represa pareció haber estado construida a espaldas de Corrientes.
Durante la gestión del kirchnerismo, la indiferencia de las autoridades de la EBY (quienes dependían de las instrucciones de la administración nacional) hacia el radical Gobierno provincial era fácilmente apreciable y palpable. Sólo basta recordar lo que ocurrió el viernes 25 de febrero de 2011.
Por aquellos días, Yacyretá comenzó la generación de energía a cota 83 (metros sobre el nivel del mar). Con ello pudo operar al 100 por ciento de su capacidad. Para elevar el nivel del embalse fueron necesarias numerosas obras complementarias aguas arriba de la represa. Es decir, notables y multimillonarias mejoras en infraestructura en la provincia de Misiones, analizando sólo la ribera argentina.

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Aquel día se montó un imponente acto en Posadas, capital de Misiones, para destacar la generación a la máxima capacidad de Yacyretá pero también para inaugurar las fastuosas obras públicas solventadas por la EBY, todas en suelo de la vecina provincia.
Ese acto estuvo encabezado por la entonces presidente Cristina Fernández de Kirchner. Hasta días antes de la ceremonia – que en Corrientes se criticó por su realización en Posadas y no en Ituzaingó – el Gobernador Ricardo Colombi no había recibido la invitación para participar de la misma. A regañadientes, el Mandatario finalmente concurrió. En la tarima lo ubicaron atrás, donde las cámaras de televisión nunca lo enfocaron. Por supuesto, no habló. El que sí usó el micrófono fue quien estaba al frente del Gobierno misionero, Maurice Closs (que por aquellos años se encolumnaba en las filas del kirchnerismo).
Pero todo cambió. “La relación con el Gobierno de Corrientes es óptima, fluida. Uno de los consejeros de la entidad es el anterior Secretario de Energía de la provincia (Marcelo Gatti) quien fue propuesto por Colombi”, apuntó luego Schiavoni.
Tal declaración del Director Ejecutivo de la EBY la emitió, ante el requerimiento de época sobre las relaciones de la entidad con el Gobierno correntino, en el marco de presentación de los lineamientos para el plan estratégico Yacyretá 2016-2019 que se realizó en la sede de Ituzaingó de la EBY.
“Comenzamos nuestra gestión (Schiavoni fue nombrado por el presidente Mauricio Macri) con una asignación presupuestaria nacional establecida. Debimos reasignar recursos para satisfacer las necesidades. En ese contexto, establecimos con el Gobierno de Corrientes y con el de Ituzaingó cuáles eran las obras más urgentes”, comentó.

POR EL BRAZO AÑA CUÁ SE VIERTEN 1.500 METROS CÚBICOS POR SEGUNDO SIN UTILIDAD ENERGÉTICA.
POR EL BRAZO AÑA CUÁ SE VIERTEN 1.500 METROS CÚBICOS POR SEGUNDO SIN UTILIDAD ENERGÉTICA.

Y luego enumeró los trabajos (algunos previstos, otros en ejecución y los ya ejecutados) financiados por la EBY en suelo correntino: ampliación de la red de agua potable y puesta en valor de la planta potabilizadora de Ituzaingó, instalación de un transformador de 132/33 para la Estación de Ituzaingó (la anterior era prestada y no otorgaba confiabilidad), defensas costeras en Ituzaingó y la Isla Apipé, puesta en valor del Banco de Sangre del Hospital de Ituzaingó e infraestructuras varias en el marco del convenio con el Ministerio de Turismo de la Provincia.
Si bien en el total es notoriamente inferior al volumen de obras de infraestructura previstas para Misiones, es un muy buen reinicio en las relaciones institucionales.

Plan estratégico y nuevos proyectos
Durante la presentación del plan previsto para la gestión 2016-2019, Schiavoni hizo hincapié en los objetivos de la entidad y en las groseras irregularidades administrativas y financieras encontradas al asumir al frente de la EBY (ver página 26).
Respecto a los objetivos estratégicos, apuntó sobre la necesidad de mantener y ampliar la potencia instalada para aumentar la generación de energía eléctrica, la readecuación de la organización a los parámetros de una empresa de generación hidroeléctrica, la reorientación de las políticas sociales y ambientales y lograr una situación económica y financiera sustentable (en principio, para el presente año en el que los gastos presupuestados para el 2016 por la anterior gestión duplicaban a los ingresos previstos).

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Para cumplimentar el primer objetivo estratégico planteado, Schiavoni apuntó a dos aspectos: por un lado, la rehabilitación del parque generador de la central hidroeléctrica y, por otra parte, la ampliación de la potencia instalada mediante la ejecución de nuevos proyectos.
Para reparar las partes fijas y móviles de las turbinas y adquirir un paquete de emergencia, la EBY prevé un desembolso de 298 millones de dólares. En forma simultánea a las paradas programadas, para rehabilitar cada unidad se efectuarán tareas de mantenimiento de los generadores. El costo aproximado por cada uno de ellos rondará los 500.000 dólares.
Pero quizá, el objetivo de máxima radica en la instalación de tres nuevas turbinas y la construcción de otra central hidroeléctrica en el brazo Aña Cuá. Con la primera se ampliaría la actual central (que hoy cuenta con 20 turbinas) y permitiría un incremento en la potencia de un 15%. La obra tendría un plazo de 48 meses y demandaría una inversión de 930 millones de dólares.
Lo de Aña Cuá es un viejo anhelo. En la actualidad, se trata de un brazo por el cual se vierten unos 1.500 metros cúbicos por segundo sin aplicación energética alguna. La pretensión es instalar allí otras tres turbinas que permitirían incrementar en un 9% la potencia actual. El plazo de obra sería de 45 meses y el costo estimado rondaría los 500 millones de dólares.
De acuerdo a lo apuntado por Schiavoni, los proyectos y la documentación licitatoria en el caso de Aña Cuá están listos mientras que para la ampliación de la central estarían para fin de año. Sin embargo, la iniciación de los procesos depende de un acuerdo con Paraguay que está enmarcado en la revisión de las bases económicas del tratado original que debió realizarse en 2014 pero que aún está pendiente.
“Se trata de una exigencia del Gobierno de Paraguay que pretende que primero se resuelvan las cuestiones pendientes (reestructuración de la deuda que alcanza con intereses a los 15 mil millones de dólares y el costo de la energía vendida a Argentina, entre otros aspectos) para, una vez solucionado, llamar a licitación para estas obras”, apuntó el titular de la EBY.

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Yacyretá, o “lugar donde brilla la luna”, es una central hidroeléctrica construida ente Argentina y Paraguay. Su producción equivale al 15% de la energía que consume nuestro país. La represa fue inaugurada el 7 de julio de 1998 por los entonces presidentes Carlos Menem y Juan Carlos Wasmosy.
Está ubicada entre Ituzaingó, Corrientes, y San Cosme y Damián, Paraguay. Se levanta a 200 kilómetros al Este de la ciudad de Corrientes, a 90 kilómetros al Oeste de Posadas, Misiones, y a 320 kilómetros al Sudeste de Asunción, capital de Paraguay.
Se trata de la central hidroeléctrica de llanura más grande del mundo. La presa y las estructuras de hormigón que contienen el embalse tienen una longitud de 66,8 kilómetros.
El edificio de la casa de máquinas, en la que se encuentran los 20 hidrogeneradores, tiene 70 metros de altura por 80 de ancho y 816 de largo. Ello es equivalente a un edificio de 20 pisos con una superficie de ocho manzanas.
La historia señala que en 1973 Argentina y Paraguay suscribieron el tratado de Yacyretá por el cual ambas naciones se comprometieron a llevar adelante la represa. El texto rubricado señalaba que la generación de energía debería comenzar siete años después; es decir, en 1980. Sin embargo, la construcción recién comenzó en 1983. En 1994 se instaló la primera unidad (turbina) de la central y se completaron las 20 en 1998: se generaba a cota 76 (metros sobre el nivel del mar) a un 60% de la capacidad. Un momento clave fue 2011, año en el que la represa comenzó a operar en su cota máxima, 83 metros, con lo que logró la máxima capacidad de producción de energía.

La presa y la estructura de hormigón que contiene el embalse tienen una longitud de 66,8 kilómetros. Yacyretá es la represa de llanura más larga del mundo. El cemento para la elaboración de todo el hormigón de la construcción fue provisto por una fábrica transitoria instalada en la obra.
La presa y la estructura de hormigón que contiene el embalse tienen una longitud de 66,8 kilómetros. Yacyretá es la represa de llanura más larga del mundo. El cemento para la elaboración de todo el hormigón de la construcción fue provisto por una fábrica transitoria instalada en la obra.

Con el correr de los años, desde el inicio de las operaciones, Yacyretá ha modernizado sus sistemas de controles. En la actualidad, con el sistema de computación utilizado, un sólo operador puede variar las condiciones de funcionamiento de las 20 turbinas con las que cuenta la central hidroeléctrica.
Con el correr de los años, desde el inicio de las operaciones, Yacyretá ha modernizado sus sistemas de controles. En la actualidad, con el sistema de computación utilizado, un sólo operador puede variar las condiciones de funcionamiento de las 20 turbinas con las que cuenta la central hidroeléctrica.

La esclusa de navegación es una estructura de hormigón que forma un cuenco de 27 metros de ancho y 236 metros de largo, con una compuerta aguas arriba y otra aguas abajo. Sirve como “ascensor de barcos” porque salva el desnivel producido por la represa, que impide la libre navegación.
La esclusa de navegación es una estructura de hormigón que forma un cuenco de 27 metros de ancho y 236 metros de largo, con una compuerta aguas arriba y otra aguas abajo.
Sirve como “ascensor de barcos” porque salva el desnivel producido por la represa, que impide la libre navegación.

Yacyretá cuenta con cuatro instalaciones para la transferencia de peces a las que los operarios llaman “ascensores”. Las instalaciones están dispuestas de a dos en cada extremo de la casa de máquinas para permitir la migración de peces desde aguas abajo hacia aguas arriba a cota (altura de agua) del embalse.
Yacyretá cuenta con cuatro instalaciones para la transferencia de peces a las que los operarios llaman “ascensores”. Las instalaciones están dispuestas de a dos en cada extremo de la casa de máquinas para permitir la migración de peces desde aguas abajo hacia aguas arriba a cota (altura de agua) del embalse.

Las 20 turbinas con las que cuenta Yacyretá (hay dos en mantenimiento) fueron fabricadas con un diseño único a medida de la represa. Tienen forma de hélice de cinco palas. Permite el paso de 800.000 litros de agua por segundo. Una turbina es capaz de generar la energía que consume la ciudad de Corrientes.
Las 20 turbinas con las que cuenta Yacyretá (hay dos en mantenimiento) fueron fabricadas con un diseño único a medida de la represa. Tienen forma de hélice de cinco palas. Permite el paso de 800.000 litros de agua por segundo. Una turbina es capaz de generar la energía que consume la ciudad de Corrientes.

El edificio de la casa de máquinas tiene 70 metros de altura por 80 de ancho y 816 de largo. Por ello no sorprende ver a los operarios movilizarse en bicicleta a través de la enorme extensión de la central hidroeléctrica.
El edificio de la casa de máquinas tiene 70 metros de altura por 80 de ancho y 816 de largo.
Por ello no sorprende ver a los operarios movilizarse en bicicleta a través de la enorme extensión de la central hidroeléctrica.

La EBY aportó millones de pesos para comedores inexistentes

La anterior gestión había presupuestado para el 2016 gastos por US$1.432 millones pero se calculan ingresos por sólo unos US$600 millones. Además se desembolsaban fondos para miles de beneficiarios “fantasmas”. La actual administración balanceó los números.

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Quizás lo primero que observó Humberto Schiavoni al ser nombrado Director Ejecutivo del Ente Binacional Yacyretá (EBY) es que el presupuesto aprobado para el 2016 (números determinados por la gestión anterior) era de 1.432 millones de dólares. Pero los ingresos de la entidad para este año rondarían sólo entre los 600 y 700 millones de la moneda estadounidense. Es decir, menos de la mitad de lo que se preveía gastar.
La pretensión de la anterior conducción (que culminó su mandato cuando Cristina Fernández de Kirchner dejó la presidencia) era soportar el enorme déficit con aportes del tesoro nacional. Por lo menos esa había sido la promesa del ex Ministro de Planificación Federal, Julio De Vido. Pero conocida es la historia: el kirchnerismo perdió las elecciones y las instrucciones de Mauricio Macri a Schiavoni fueron las de rever los números.
Y al afilar el lápiz para sacar cuentas, aparecieron las groseras erogaciones sin sentido que no sólo significaban el enorme déficit a una central hidroeléctrica que no debería sufrir estos avatares financieros (a pesar de ser la empresa que vende la energía a más bajo precio en el país) sino que, además, motivaron presentaciones ante la Justicia Federal de Misiones.
La EBY entregaba, a través de diferentes asociaciones, aportes sociales para unas 12 mil personas que habrían sido perjudicadas por las reubicaciones derivadas de las diferentes obras hídricas. Sin embargo, al realizar el reempadronamiento para sincerar el número de beneficiarios, el número se redujo a 3.500. ¿Quiénes se quedaron con la diferencia durante años?
Muy relacionado a este punto, la EBY aportaba para el mantenimiento de 79 comedores a través de las mismas organizaciones. Pero, al realizar el muestreo de constatación (certificado por escribano público) se llevaron la sorpresa que de ese total sólo existían 20. La misma pregunta: ¿dónde fue a parar el dinero para solventar comedores inexistentes?
“Además dimos de baja convenios con consultorías por trabajos irrelevantes y sin una razón válida para la EBY por 6 millones de dólares”, agregó Schiavoni.
El titular de la EBY agregó que se trataba de una multiplicidad de gastos injustificados que, además, no tenían control. “Fue un proceso traumático con piquetes en las puertas de las oficinas de la entidad y en las rutas. Pero nos mantuvimos firmes en la búsqueda de transparentar los números”, apuntó.
Finalmente, el presupuesto reformulado es de 583 millones de dólares, sólo un 40% de lo previsto para gastos por la gestión anterior.