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Una multitud venera a Santa Rita de Casia en Esquina y en Capital
Martes, 22 de mayo de 2018
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En la localidad que la tiene como Patrona ayer a las 00 horas ofrecieron una breve procesión y saludo en el atrio de la Iglesia. Allí Los de Imaguaré le cantaron a Santa Rita con ovación de los presentes. Cientos de fieles de distintos puntos llegaron a Esquina. Hoy, día central se realizará la procesión a las 16 horas y luego la Santa Misa. En Capital en el templo ubicado en calle Bolívar, esquina Córdoba, monseñor Andrés presidirá la celebración central luego de la procesión a las 16 horas.
Cada 22 de mayo devotos de distintos puntos del país llegan al “portal del sur” con la intención de saludar y pedir a la Santa de lo imposible todas aquellas cosas que más urge.
Ayer en Esquina, cuando el reloj marcó las 00 horas, con campanadas y fuegos de artificio cientos de fieles saludaron a la Santa en el atrio de la Parroquia y luego emprendieron una breve procesión alrededor de la plaza 25 de Mayo. Al entrar a la Iglesia el conjunto Los de Imaguaré le ofrecieron canciones como ofrenda e inmediatamente comenzó la santa Misa. Posteriormente hubo un brindis con todos los Rito y Rita señalaron desde la localidad.
Las misas previstas en la jornada fueron a las 5 horas, a las 6:30, 8 y a las 10 horas. A esa hora hizo su entrada la cabalgata que partió desde hace dos días desde la zona de Goya y sis alrededores. Se presentaron frente al Templo donde el párroco de Santa Rita, Juan Carlos Mendoza les dio la bienvenida e impartió la bendición, indicaron desde Esquina.
En tanto, al mediodía está programado un almuerzo comunitario de asado con cuero, en el Club Sportiva, mientras se disfruta de músicos locales.
A las 15 horas se bendecirán objetos sagrados, luego se iniciará la procesión por las calles de la ciudad y luego se realizará la misa concelebrada con presencia del Obispo Rodolfo Canecin.
Terminada la misa habrá un homenaje central a la Patrona en el escenario principal por la Asociación de Músicos de la ciudad.
FIELES DESDE DISTINTOS PUNTOS DEL PAÍS
Días previos a la festividad fueron llegando numerosos fieles a la localidad, “muchos peregrinos visitan a nuestra ciudad a pesar de ser un día martes”, coemntó un referente local. “Aproximadamente se contó alrededor de 60 micros grandes y unas 40 combis. Mucha gente de Entre Ríos, Santa Fe y de toda la Diócesis de Goya, Santa Lucía, Mercedes, Lavalle, Sauce, Curuzú Cuatiá, Monte Caseros, Mocoretá y toda la zona rural de esquina”, indicó.
EN CAPITAL
En capital también se celebra el día d ela Santa y en su Fiesta litúrgica, en el templo ubicado en calle Bolívar, esquina Córdoba, se prevén actividades durante todo el día.
Con el lema “En familia llevemos a los jóvenes a Jesús”, monseñor Andrés Stanovnik presidirá la celebración central luego de la procesión por calles céntricas desde las 16 horas.
Durante la jornada, habrá misas a las 7, a las 10, a las 12, a las 19 y a las 20.30.
BIOGRAFÍA DE SANTA RITA32927190_1801935223221359_6802351937636270080_o
Rita nació en la aldea de Roccaporena, 5 km al oeste del pueblo de Cascia (provincia de Perugia, región de Umbría) en 1381 y falleció el 22 de mayo de 1457.
Nació de padres mayores. A pesar de que quería ser monja, cuando tenía 14 años de edad1 sus padres la casaron con un hombre de pueblo, llamado Paolo Mancini. Con su esposo tuvo un mar de sufrimientos, pero ella se consolaba en la oración y le devolvió su crueldad con bondad, logrando su conversión a Cristo con el paso de los años.
Tuvieron dos hijos mellizos, Jacobo y Paolo. Un día Manccini —que trabajaba como sereno de la aldea de Rocca Porena y tenía muchos enemigos por sus fechorías pasadas- fue emboscado y asesinado. Una vez viuda, pero aliviada ya que había logrado que Paolo muriera en paz, Rita pidió la admisión al monasterio de las agustinas de Santa María Magdalena, en Cascia (establecido en 1256). Pero no fue aceptada debido a que sólo se permitían vírgenes. Un año más tarde (1417) también murieron sus dos hijos púberes. Fallecieron ambos al mismo tiempo, de muerte natural. Rita los había preparado plenamente para encontrarse con Cristo. Con un amor heroico por sus almas, le había suplicado que ambos adolescentes murieran, porque temía que estuvieran planeando vengar el asesinato de su padre (la ley de la vendetta). Habrían cometido así el pecado de la venganza, lo que hubiera condenado sus almas eternamente. Ambos se enfermaron y murieron, también pidiendo perdón a su madre por todos los dolores que le habían causado.
Ya sin obligaciones familiares, Rita fue aceptada en el convento, recibió los hábitos de monja, y más tarde realizó su profesión de fe. Tenía 36 años. En el convento, Rita se entregó a una vida de oración y penitencia.
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